Mi carta empieza con un deseo para vosotros, queridos amigos y
hermanos: que las injustas condenas que os han sido impuestas por un
ilegítimo tribunal de un estado sin derecho alguno a juzgaros
por actos que no han demostrado, que sucedieron en unos territorios
sobre los que no tienen jurisdicción alguna y que fueron
causa de su violento desmantelamiento del campamento en El Aaiún ,
se las lleve pronto el siroco de la liberación nacional del pueblo
saharaui... y que se lleve con él hasta el confín de los tiempos a
los responsables que desde hace 38 años intentan aterrorizar al
pueblo saharaui, sin conseguirlo. La Historia les juzgará y les
expulsará de esos territorios ocupados por la fuerza, la sangre y la
represión. Y vosotros seréis libres, entonces fuera de la cárcel.
La noche en que tantas personas estuvimos en vela
esperando el final de la farsa de Rabat y amanecimos dolidos por
vuestras condenas, escribí que "la dignidad del pueblo saharaui
no se encarcela" y sigo entendiendo que este lema sigue siendo
el que mejor explica el drama de vuestro "juicio" en Rabat:
un intento vano de hacer daño a todo un pueblo en vuestras personas,
con intención de doblegarlo... cosa que no ha ocurrido, no ocurre ni
ocurrirá.
Con esta carta quiero transmitiros mi
aprecio, mi consideración y mi apoyo; me pongo públicamente a
vuestra disposición; y me sumo a este importante colectivo de
hombres y mujeres de bien que, convencidos de lo injusto de vuestra
condena, NO RECONOCEMOS LAS SENTENCIAS DEL TRIBUNAL MARROQUÍ QUE
INJUSTAMENTE OS HAN IMPUESTO A LOS PRESOS POLÍTICOS SAHARAUIS DE
GDEIM IZIK, y que sentimos y manifestamos a diario nuestro apoyo, a
vosotros y a vuestras familias, a las que tenemos la obligación de
cuidar e intentar proteger. Sabed que seguiremos luchando hasta
conseguir vuestra libertad y que vuestras familias nunca estarán
solas.
Y con esta carta también quiero daros las gracias por
lo que vuestro trabajo en el campamento de la dignidad de GDEIM IZIK
supuso para mi experiencia personal... gracias a vosotros y a muchos
como vosotros recuperé mi dignidad personal y política.
Sé que esto no es muy importante sino para mí, pero los sucesos
de aquel noviembre de 2010 me ayudaron a saber que no se puede estar
en los dos lados de una barricada a la vez, que no se puede apoyar
con honor y de una forma consecuente y completa la causa saharaui
desde formaciones políticas que no respetan ni exigen la aplicación
de la legalidad internacional, y que apoyan el bloqueo que el reino
de Marruecos, con la complicidad especial del gobierno francés y de
las autoridades del reino de España, hace de la realización del
referéndum de autodeterminación, única solución justa y verdadera
al conflicto del Sahara.
Como escribí en aquel momento:
"los últimos años, en mi trabajo de apoyo al pueblo saharaui,
he soportado con malestar y dolor la progresiva alineación (y apoyo)
del gobierno socialista con las prácticas agresoras de Marruecos
hacia el pueblo saharaui tanto sea en el episodio de Aminetu Haidar
como en la no condena de la última masacre de saharauis en el
campamento cercano a El Aaiún" y lo hice en silencio por mi
militancia política en ese partido... hasta aquel noviembre de 2010,
en que gracias a vuestro ejemplo solicité formalmente mi
baja como afiliado en el partido en el que militaba desde hacía casi
25 años y que entonces estaba en el poder.
Esto es todo. Gracias. Desde entonces siento nuevos bríos para
apoyar la causa saharaui, que no olvido ni un día... nunca...
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